Uno de los trabajos más interesantes en los que he participado: la reconstrucción del escudo del Palacio de Revillagigedo, que había sido completamente destruido por la erosión. Con la ayuda de una antigua carta de armas reconstruí el escudo con las medidas exactas que debía tener, en el dibujo que aparece en primer lugar, a partir del cual el escultor realizó la nueva piedra armera.